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Tesis: A pesar de no tener siempre la facultad de elección, deberíamos de vivir desde la libertad restringida que tenemos.

Publié le 26/09/2022

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« Universidad Francisco Marroquín Facultad de Ciencias Económicas Teorías Éticas Jimena Schottler 20200175 Tesis: A pesar de no tener siempre la facultad de elección, deberíamos de vivir desde la libertad restringida que tenemos. Desde antes de nacer, o acercarnos y convivir a otro lugar donde el ambiente es diferente al nuestro, nos encontramos rodeados por personas que nos transmiten su cultura, manera de actuar, lenguaje y pensamiento. Por tanto, nacemos condicionados a tener reglas y contar con el sentido de pertenencia hacia ellas.

Conforme desarrollamos habilidades, personales o profesionales, decidimos si educarnos o pertenecer a alguna cultura o sociedad; disponemos cada vez alejarnos de nuestra naturaleza y nos encontramos adentrados en un sistema de normas que no fueron escogidas directamente por nosotros mismos.

Este sistema de reglas delimita nuestra libertad de elección.

No obstante, debemos de seguirlas para pertenecer a cierta cultura o sociedad.

De la misma forma, al nacer no tenemos elección sobre las creencias o valores que nos serán inculcados, o el lenguaje con el que nos comunicaremos con las demás personas más adelante.

Creando así, más restricciones que nos dejan con pocas elecciones. Viéndolo de esa manera, la cultura actúa como ese molde que nos delimita y restringe libertad.

Sin embargo, existen otras nociones que nos ponen preceptos que nos alejan cada vez más de nuestra libertad, dejándonos opciones de decisiones limitadas.

La noción que tenemos de libertad, se le opone la idea de destino, la doctrina determinista y la concepción del fatalismo.

Estas doctrinas, nos condicionan y determinan lo que posiblemente pasará, pues tienen una interpretación de la libertad con menos posibilidades de elección, pero sí mas precisa. Entonces podemos asumir que seremos libres fuera de las normas de la cultura, y estas doctrinas y corrientes filosóficas siguiendo nuestra naturaleza.

Por lo tanto, ¿es la cultura precursora de nuestra limitada libertad? Pero, ¿Puede la mente conquistar la libertad? ¿Es posible que otros factores nos lleven a tener elecciones más libres? I. La noción de Libertad y el poder elegir dentro de las restricciones La libertad puede entenderse como la ausencia total de restricciones, de obstáculos en cuanto a los deseos y el poder que tengamos de cumplirlos.

Es la facultad de elección que recae en la inteligencia y la voluntad.

Esta voluntad, es proporcional a nuestro conocimiento y percepción que tengamos sobre situaciones de elección.

La libertad sería entonces sinónimo de tener permiso de accionar.

Paradójicamente, si decimos que sí a todo lo que queremos puede ser también una manifestación de falta de libertad, de ser esclavo de nuestras pasiones y atracciones. Antes de pensar si vamos a realizar algo, nos preguntamos a nosotros mismos si tenemos el permiso de realizar ciertas acciones.

Ya que nuestra conciencia nos advierte que, a pesar de no tener restricciones visibles a simple vista, no somos totalmente libres de realizar todo lo que queramos.

En cambio, sabemos que somos libres porque después de haber actuado, sentimos que pudimos haber hecho algo de manera distinta.

Por lo tanto, tener la facultad de poder escoger, es un signo de nuestra libertad.

Esta libertad, es restringida, pues supone límites y prohibiciones. Como dijo el Filósofo Baruch Spinoza, «Los hombres se creen libres porque ignoran las causas que los determinan.

Piensan que son libres cuando su inclinación por una cosa sigue siendo leve.

Entonces, la libertad es una ilusión porque si el sujeto es consciente de sus acciones, permanece sin embargo ignorante de las razones que lo empujan a actuar así: solo conozco el efecto del apetito, pero no conozco el origen de ese apetito.» (1677) Por tanto, si el hombre tiene conciencia de sí mismo, somos conscientes de lo que pensamos y deseamos libremente.

Pensamos que la voluntad y el libre albedrío (valga la redundancia) es libre, al igual del poder que tenemos sobre nosotros mismos.

Sin embargo, se nos olvida que todas nuestras acciones, están encerradas en este marco de libertad que nos da nuestro entorno, cultura y nuestras mismas acciones.

Por mismas acciones no solo me refiero a que podemos privarnos de libertad física nosotros mismos como lo es el caso de los presos sino también cuando nos convertimos esclavos de lo que consumimos y de nuestro trabajo; nos privamos de libertad voluntariamente.

Una frase que refuerza este pensamiento es del Filósofo Griego Epicuro, «Cuando somos autosuficientes, llegamos a poseer el bien inestimable que es la libertad» (circa 341 DC) Pero, la libertad no se puede dar por sentada, para obtenerla debemos de decidirnos a actuar y pensar.

Para ello, debemos de aplicar lo que sabemos que nos es bueno y útil, por lo que cuando la razón predomina sobre la acción, la atracción que tengamos hacia las pasiones disminuye haciendo que seamos cada vez menos esclavos de nuestras propias pasiones.

Este sentido de libertad, no se da por si mismo, es un estado que adquirimos o podemos alcanzar considerado necesario. II. ¿Es la libertad algo que debe ser conquistada por la mente? Si vemos al hombre como su esencia y existencia, podemos saber que el hombre no está necesariamente determinado.

Él existe y, por tanto, significa ser el creador de su propia existencia.

El hombre, es y se convierte en lo que hace y ha escogido libremente al no estar determinado por ninguna doctrina ni aspecto cultural.

Pero, la libertad que ahora posee implica tener el sentido de responsabilidad.

Si somos libres, en todo caso, debemos de ser responsables de nuestras acciones y elecciones.

Esto impone, tener un sentido de la moral, para hacernos responsables de lo que hacemos y tener la facultad de discernimiento en lo que está bien y lo que está mal. Por tanto, al poder discernir en lo que está bien o está mal, nos damos cuenta de que no contamos con libertad absoluta de hacer lo que queramos, entonces la libertad puede estar medida en rangos o niveles.

Pues, siempre habrá algún ente superior que delimita nuestras acciones y en el marco que se nos limita.

No obstante, si esperamos a vivir sin restricciones nunca lo haremos.

Recordemos vivir y actuar desde la libertad restringida que poseemos.

A pesar de nunca darnos cuenta de que no somos totalmente libres, podemos pensar desde la perspectiva que existen diferentes niveles de esta libertad. Por ejemplo, el lugar donde nacemos determina nuestra cultura y lenguaje, una elección menos que podemos hacer por nosotros mismos.

Por tanto, para ser libres, de todo lo que la cultura nos impone es rechazar todas instituciones que la constituyen.

Pero, no podríamos ser nada sin la cultura, pues nos moldea.

Rechazar la cultura.... »

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